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Mujer asegura ser una niña desaparecida hace 21 años a la que la Policía daba por muerta

En el año 2000, una niña de siete años llamada Brittany Renee Williams desapareció del hogar adoptivo donde vivía en el condado de Henrico, en el estado estadounidense de Virginia, en un caso que provocó una amplia búsqueda policial sin resultado. Ahora, 21 años después, ha aparecido una mujer que asegura ser esa niña y tener evidencia de ADN que lo demuestra.

Kaylynn Stevenson, de Fort Wayne (Indiana), había vivido la mayor parte de su vida en Ohio con sus padres adoptivos y comenzó a investigar recientemente sobre su niñez, de la cual no recuerda mucho, apenas algunos apartes y el apellido Williams. “Por alguna razón, [ese apellido] está implantado en el fondo de mi mente” aseguró en una entrevista con el canal NBC12.

Cuando decidió hacer una búsqueda en Google de niños desaparecidos incluyendo la palabra Williams, apareció entre los resultados una fotografía de Brittany y se sorprendió al ver las similitudes con ella. Su esposa, Ladajah Kelly, también vio el parecido: “Desde la línea del cabello hasta las orejas, la sonrisa y la barbilla. Incluso el lunar que tiene en el cuello”, comentó.

Kaylynn contactó con Anastasia McElroy, hermana de Brittany, y ambas se sometieron a un examen genético que arrojó un 95,83 % de posibilidad de que fueran medias hermanas. Pese a la evidencia, aún hay muchas preguntas en torno al caso. Una de ellas es por qué su certificado de nacimiento no coincide con el de Brittany; por otro lado, la pequeña Brittany era tratada por VIH, mientras que Stevenson asegura nunca haber sido diagnosticada con la enfermedad.

Por el momento, la Policía de Henrico espera los resultados de una prueba de ADN realizada por el propio cuerpo. Kaylynn no ha recibido ninguna respuesta al respecto, mientras las autoridades reiteran que están comprometidas con el caso y pendientes de “cualquier pista nueva”.

Caso sin resolver

Rose Marie Thompson, madre de Brittany, tenía sida y murió en 1996. Poco antes, dejó a su hija al cuidado de Kim Parker, quien dirigía una organización benéfica que acogía a niños con esa dolencia y otros problemas médicos graves. En el año 2000, la menor desapareció y las autoridades asumieron que podía estar muerta, sobre todo sin su tratamiento para el VIH.

Parker aseguró que había enviado a la pequeña con unas mujeres en California, pero continuaba cobrando el dinero que recibía del Gobierno para su cuidado. Brittany nunca apareció y, en 2003, Parker recibió 73 cargos de fraude y fue acusada de quedarse 24.000 dólares en beneficios gubernamentales destinados a la niña. Dadas las denuncias por abuso y negligencia infantil que pesaban sobre la mujer, la Policía buscó los restos de la menor en el patio de su casa o cualquier señal de que hubiese sido asesinada, sin suerte. Finalmente, el caso nunca se resolvió.

Agencia

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