Curiosidades

Uno de cada cuatro jóvenes ha recurrido al sexting durante la pandemia

La pandemia ha aumentado la situación de aislamiento humano, lo que ha provocado recurrir al uso masivo de las redes sociales e internet para mantener las necesidades de afiliación y socialización.

¿Para qué están utilizando los jóvenes las redes sociales e internet? 

Un estudio que realizaron durante la pandemia Christian Moreno Lara, responsable Académico Internacional y Director del Área de Jurídico y Laura Carrascosa Iranzo Coordinadora del Máster Universitario en Criminología: Delincuencia y Victimología, ambos de la Universidad Internacional de Valencia, indica que un 26.5 por ciento de los encuestados ha enviado fotos que definen como “sensuales” a través de aplicaciones de mensajería instantánea o redes sociales en esos meses.

El estudio también muestra que un 35.7 por ciento ha consumido pornografía a través de internet; y un 28.6 por ciento se ha descargado aplicaciones para conocer otros adolescentes, durante esta situación de crisis sanitaria.

Relaciones sexuales virtuales

En general, afirmó David Bell, coautor del artículo y profesor de Pediatría, Población y Salud Familiar en el Centro Médico Irving de la Universidad de Columbia, donde es el director médico de The Young Men’s Clinic, el comportamiento sexual de los jóvenes se ha vuelto más moderado en los últimos años. Durante la pandemia, él ha notado que “si antes tenían varias parejas, sin duda ahora están tratando de reducir eso hasta cierto punto”.

Por tanto, sus relaciones sexuales también se han trasladado al mundo virtual, de manera que el envío consentido de imágenes o videos con contenido sexual no tiene por qué ser un peligro, si se realiza siguiendo la primer recomendación básica: “no enviar contenido en el que se pueda reconocer la identidad de la persona”, advierte Moreno Lara.

En cambio, si la práctica del sexting se realiza de forma no segura, puede llevar a producir graves consecuencias. “Una de ellas podría llegar a ser la sextorsión, definida como la extorsión ejercida hacia otra persona a partir de la tenencia de material íntimo o sexual”, sentencia. Este hecho implica que la víctima del chantaje sienta que sus fotografías puedan ser enviadas a otras personas y sufrir una gran humillación.

El sexting puede convertirse en cyberbulliying

En muchas ocasiones la práctica del sexting suele convertirse en una situación de cyberbullying, promoviendo una humillación pública y consecuencias devastadoras. Además, la falta de educación sexual está llevando a que los adolescentes formen su ideario sexual a través del consumo del material que visualizan de manera digital. Por consiguiente, el aumento del consumo de pornografía puede llevar a generar ideas distorsionadas sobre la sexualidad.

En los estudios se observan diferencias entre la socialización sexual de las chicas y los chicos, teniendo ambos fantasías sexuales diferentes y opuestas. La pornografía podría sumar a la reproducción de los estereotipos de género existentes en nuestra sociedad.

Los jóvenes han recurrido a dispositivos digitales para llenar los agujeros que dejó la pandemia, una práctica que eleva la depresión, la ansiedad y la desesperanza.

El estudio reconoce que vivir en una pandemia significa que todos estamos socializando en las pantallas. Pero los adolescentes deben tomarse un tiempo para considerar cómo se sienten y qué piensan cuando usan tecnología. “Si nota que en realidad se siente peor después de interactuar, busque formas más confiables de mejorar su estado de ánimo”, señala el documento.

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