La ansiedad también puede ser un síntoma de la menopausia: cómo identificarla y tratarla
La menopausia, cuyo inicio normal se produce entre los 45 y los 55 años, forma parte de la trayectoria vital de las mujeres. Es un momento lleno de cambios a nivel físico, mental y emocional que se ponen de manifiesto en diversos síntomas.
Entre algunos de las señales más comunes se encuentran la caída del cabello, la sequedad vaginal, sofocos y escalofríos, problemas de sueño, aumento de peso, entre otros. También cambios relacionados con la salud mental, uno de los cuales es la ansiedad, debido a los cambios hormonales propios de este proceso natural femenino.
El estado de ansiedad afecta negativamente a cualquier persona ya que puede provocar sudores, dificultad para respirar y presión alta, entre otros síntomas.
La ansiedad es una sensación de inquietud o miedo y surge como una respuesta normal al estrés. Todas las personas en algún momento de la vida experimentan ansiedad ante situaciones difíciles como, por ejemplo, nuevas responsabilidades en el trabajo o la espera por el resultado de un examen médico.
Sin embargo, durante la menopausia los cambios hormonales, caracterizados por la reducción en los niveles de estrógenos y progesteronas impactan en la salud mental de las mujeres porque pueden provocar que la ansiedad aparezca o se incremente. Esto se debe —según una investigación publicada en abril último por especialistas de la Universidad Griffith— a que entre las diversas funciones que cumplen los estrógenos y las progesteronas se encuentra actuar como neuromoduladores con efectos antidepresivos cuando sus niveles son normales. Al producirse una cantidad menor de estas dos hormonas femeninas en la menopausia esto afecta a los neurotransmisores del cerebro, lo que puede dar como resultado el aumento de la ansiedad. Es importante destacar que cada organismo es único y puede experimentar la menopausia de manera diferente.
Por otro lado, el riesgo a sufrir ansiedad en esa etapa de la vida también se explica porque la reducción en los niveles de estrógenos afectan el funcionamiento de dos neurotransmisores cerebrales relacionados con la salud mental. El primero es la serotonina, un neurotransmisor que regula el control de las emociones y el estado de ánimo. El segundo es el GABA (Ácido Gamma Amino Butírico), un neurotransmisor inhibidor principal cuya función es controlar el miedo y la ansiedad en el cerebro. Esto es lo que sostiene la investigación mencionada, que fue publicada en Australasian Psychiatry, la revista del colegio de psiquiatras de Australia y Nueva Zelanda.
Entre los posibles síntomas de la ansiedad en la menopausia se encuentran: la dificultad para respirar, los sudores, la presión alta, el aumento del ritmo cardíaco y los pensamientos catastróficos, que consisten en imaginar que están a punto de ocurrir todo tipo de desgracias. En el caso más extremo también se pueden producir los ataques de pánico, que son episodios repentinos de miedo intenso en los que los síntomas mencionados se experimentan de manera simultánea.
Con información de Telemundo51