«Gobernar con miedo»

Cuando un gobernante asume la responsabilidad de ejercer las funciones de alcalde, gobernador o presidente le toca la tarea de dirigir las acciones de las políticas públicas e iniciar un proceso de toma de decisiones en las diferentes competencias que le corresponden como: tributos, seguridad ciudadana, protección civil, salud, agua, educación, cultura, deporte, ambiente, catastro, planeamiento urbano, vialidad, puertos, aeropuertos, gestión social, protección animal, producción agropecuaria, piscícola, pecuaria; entre otros.
Muchos gobernantes se encuentran con baja capacidad resolutiva para encarar los diferentes problemas de los ciudadanos y sus comunidades, allí es cuando el ingenio y la capacidad gerencial se unen para lograr enfrentar los problemas con éxito.
Para lograr gobernar con eficiencia se hace necesario implementar algunas acciones que en muchos casos no son populares, o pueden afectar los intereses de grupos influyentes o de altos empresarios, funcionarios públicos, castrenses; entre otros.
En algunos casos los gobernantes carecen de valentía y coraje para tomar decisiones complejas, muchos inclusive son gobernados por lo que indican los opinadores de oficio o lo que se dicen de ellos en las redes sociales.
Un gobernante o gerente público que se encuentre en un laberinto por no saber qué hacer, sin duda vive temeroso. Un gobernante que no tenga ideas propias y que todo se lo copia, pues carece de capacidad intelectual e ingenio, esto lo que podría llevarlo es al fracaso de su gestión.
Como lo dijo Graciela Ochoa: «Gobernar con miedo es muy riesgoso porque se gobierna con emociones y no con racionalidad».
Desde el momento que un ciudadano se responsabiliza en asumir un cargo público debe entender que a pesar que a muchos les puede agradar el poder el que no se sepa usar puede ser garrafal.
Jesús Castillo Molleda.