Un estudio detecta metales tóxicos en tampones de diversas marcas
Un reciente estudio realizado por la Universidad de California en Berkeley revela que tampones de varias marcas contienen metales tóxicos como plomo, arsénico y cadmio. Este hallazgo genera preocupación debido a los posibles riesgos para la salud pública asociados con la absorción de estos metales a través de la piel vaginal, que es especialmente permeable a los químicos.
La presencia de estos metales es preocupante porque se ha demostrado que pueden incrementar el riesgo de enfermedades como demencia, infertilidad, diabetes, cáncer y trastornos en el hígado, riñones y sistemas cardiovascular, nervioso y endocrino. Además, los metales pueden afectar la salud materna y el desarrollo fetal.
Los investigadores proponen varias fuentes posibles de estos metales en los tampones, como la absorción de metales del entorno durante el cultivo del algodón o la adición de metales durante el proceso de fabricación para fines como blanqueo o pigmentación.
“Nuestro estudio muestra claramente que los metales también están presentes en los productos menstruales, y que las mujeres podrían estar en mayor riesgo de exposición al usar estos productos“, advirtió Kathrin Schilling, coautora del estudio y profesora asistente en la Escuela de Salud Pública Mailman de la Universidad de Columbia.
n Berkeley revela que tampones de varias marcas contienen metales tóxicos como plomo, arsénico y cadmio. Este hallazgo genera preocupación debido a los posibles riesgos para la salud pública asociados con la absorción de estos metales a través de la piel vaginal, que es especialmente permeable a los químicos.
La investigación, liderada por Jenni A. Shearston, becaria postdoctoral en la Escuela de Salud Pública y el Departamento de Ciencia, Política y Gestión Ambiental de UC Berkeley y publicada en Environment International, analizó los niveles de 16 metales en 30 tampones de 14 marcas diferentes. “Hasta donde sabemos, este es el primer estudio que mide los metales en tampones. Preocupantemente, encontramos concentraciones de todos los metales que probamos, incluidos metales tóxicos como arsénico y plomo“, señaló Shearston.
El estudio muestra que las concentraciones de metales varían según el origen del producto (EE. UU. versus UE/RU), si eran orgánicos o no, y si eran de marca conocida o genéricos. A pesar de estas variaciones, se detectaron metales en todos los tipos de tampones evaluados. Por ejemplo, los tampones no orgánicos presentaron niveles más altos de plomo, mientras que los tampones orgánicos mostraron mayores concentraciones de arsénico.
Aunque actualmente no se ha demostrado un vínculo directo entre los metales detectados en los tampones y efectos adversos en la salud, los investigadores subrayan la necesidad de que los fabricantes realicen pruebas rigurosas para detectar metales, especialmente los tóxicos, y mejoren el etiquetado de estos productos.
Con información de Futuro360