Colombia despide a Miguel Uribe Turbay en el Capitolio Nacional

La Plaza de Bolívar, corazón político de Colombia, que a diario bulle con el pregón de los vendedores ambulantes, el ruido de las palomas y el ir y venir de turistas, amaneció este martes en un inusual silencio.
Las banderas que ondean frente al Congreso estaban a media asta por el luto nacional, mientras un goteo constante de ciudadanos se acercaba a despedir al senador y precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay, que murió este lunes tras ser gravemente herido en un atentado sufrido hace dos meses.
Desde las ocho de la mañana, decenas de personas comenzaron a agolparse en la entrada del Capitolio Nacional, situada en el costado sur de la Plaza. Media hora después, el acceso al Salón Elíptico, donde el lunes se instaló la cámara ardiente, se abrió para el público.
El ingreso fue ordenado: grupos de quince personas atravesaban el histórico edificio para pasar frente al féretro cubierto por la bandera colombiana y custodiado por el soldados del Batallón Guardia Presidencial, la Policía y funcionarios de la Alcaldía de Bogotá.
Muchos entraban con ramos y coronas de flores, que se iban acumulando junto al ataúd, y antes de retirarse se persignaban o recitaban un padrenuestro en voz baja.
En contraste con el bullicio habitual de la plaza, dominaba un ambiente de recogimiento. Al velatorio acudieron no solo familiares sino también políticos, como el excanciller Álvaro Leyva, que prefirió no hacer declaraciones, el exministro y exsenador Juan Fernando Cristo o el procurador general de la Nación, Gregorio Eljach.