Fumar puede causar la reducción del tamaño del cerebro, revela estudio

Desde hace mucho tiempo se conoce que el consumo de tabaco es una de las principales causas de distintas afecciones respiratorias, muertes por cáncer de pulmón y enfermedades cardiovasculares.
Este hábito, que también se ha vinculado al riesgo de desarrollar depresión por su asociación a las enfermedades mentales, sigue siendo la principal causa de enfermedades y muertes prevenibles en los Estados Unidos.
Según datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, sus siglas en inglés) más de 480.000 personas mueren en el país cada año por el consumo del tabaco.
Sin embargo, una reciente investigación realizada por científicos de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington en St. Louis, EEUU ha observado cuáles son los efectos de fumar en el cerebro.
Pérdida del volumen cerebral
El estudio publicado en ‘Biological Psychiatry: Global Open Science reveló que fumar no solo afecta a órganos como el corazón y los pulmones, los científicos han determinado que el tabaquismo también causa una pérdida gradual del volumen cerebral.
Los investigadores indicaron que a medida que comenzaron a observar el cerebro más de cerca, se hizo evidente que fumar también es muy malo para el cerebro. “Se sabe que fumar y un menor volumen cerebral están relacionados, pero nunca han estado seguros del por qué”, indicaron los especialistas.
Por su parte, la autora principal del estudio, Laura Bierut, profesora de psiquiatría de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington señaló en un comunicado de prensa que “una reducción en el volumen cerebral es consistente con un mayor envejecimiento. Esto es importante a medida que nuestra población envejece, porque tanto el envejecimiento como el tabaquismo son factores de riesgo de demencia”.
También es un factor de riesgo de demencia
Asimismo, el estudio ayuda a explicar los resultados de otros estudios que han encontrado el alto riesgo que tienen los fumadores de sufrir deterioro cognitivo relacionado con la edad y la enfermedad de Alzheimer.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que un 14 % de los casos anuales de demencia a nivel mundial podrían atribuirse al hábito de fumar.
«Las personas que fuman tienen más probabilidades de sufrir un deterioro de la materia gris y blanca», precisaron
«Hasta hace poco, los científicos habían pasado por alto los efectos del tabaquismo en el cerebro, en parte porque nos centrábamos en todos los terribles efectos del tabaquismo en los pulmones y el corazón», afirmó Bierut.
Papel de la genética
Distintos estudios han establecido la genética como un factor a considerar en el riesgo de que una persona fume, destacando a su vez que el tamaño del cerebro y el hábito de fumar son hereditarios.
Para obtener la relación entre el volumen cerebral, el tabaquismo y el riesgo genético, el equipo de Bierut examinó los datos de los escáneres cerebrales de más de 32.000 personas extraídos del UK Biobank, una base de datos biomédica disponible públicamente que contiene información genética, de salud y de comportamiento de medio millón de personas.
Los hallazgos mostraron que la predisposición genética de una persona conduce al tabaquismo, acción que finalmente lleva a una disminución del volumen cerebral.
Encontraron también que la asociación entre fumar y el volumen cerebral dependía de la dosis, cuanto más paquetes fumaba una persona al día, menor era su volumen cerebral.
Se demostró que cada par de factores estaban relacionados:
- Antecedentes de tabaquismo y volumen cerebral
- Riesgo genético de fumar y antecedentes de tabaquismo
- Riesgo genético de fumar y volumen cerebral
Los cerebros de las personas que habían dejado de fumar años antes permanecieron significativamente más pequeños que los de las personas que nunca fumaron, según muestran los datos. No hubo evidencia de un aumento en el volumen cerebral después de dejar de fumar.
En conjunto, estos resultados proporcionan evidencia adicional de que un historial de tabaquismo diario está fuertemente asociado con consecuencias adversas globales a largo plazo en el cerebro.
Según los expertos, dejar de fumar previene una mayor pérdida de tejido cerebral, pero no devuelve el cerebro a su tamaño original, puesto que el cerebro de las personas pierde volumen de forma natural con la edad, por lo que fumar hace que el cerebro envejezca prematuramente.
Concluyeron que no se puede deshacer el daño que ya se ha causado, pero se puede evitar causar más daños. “El tabaquismo es un factor de riesgo modificable. Hay una cosa que puedes cambiar para dejar de envejecer tu cerebro y ponerte en mayor riesgo de demencia, y es dejar de fumar», enfatizaron.
Con informacion de Diario Las Americas