La burrada europea

Para el común de las personas y en particular para el campesino, una burrada es un hecho o acto de una o varias personas, que se ejecuta contra el sentido común, contra la inteligencia; como lo dice el diccionario -mataburros-, un hecho brutal o una barbaridad
En Europa, la transición energética es una política que pretende dejar de usar el petróleo de manera progresiva, migrando a las fuentes de energía denominadas “verdes”, con ayudas e incentivos financieros para las empresas transnacionales que aprovechan la energía del sol, el agua, el aire, la tierra, la biomasa como fuentes alternas, renovables y “limpias”…
Hace algunos meses surgió un debate público -ahora entendemos por qué ocurrió- sobre la necesidad de considerar “verdes” a la energía proveniente de la fisión atómica y al gas natural, combustible asociado al petróleo; debate promovido por el gobierno europeo que aparentemente concluyó en el parlamento, negando tal propuesta. Hubo una gran movilización mediática de los grupos y organizaciones ambientales no gubernamentales, académicos, expertos y científicos del clima, advirtiendo sobre la inconveniencia y el peligro de incorporar la energía nuclear y el gas como “energías verdes” en la transición energética europea por su incidencia en la crisis del clima. Y privó el sentido común; el parlamento de la Unión Europea con participación activa de los grupos parlamentarios ecologistas y ambientalistas, negó la nefasta idea.
Este episodio en el parlamento europeo dejaba en claro que la transición energética no es una política para abonar a la recuperación de la salud del planeta y enfrentar el cambio climático. La presencia de poderosos grupos económicos detrás de la Comisión Europea, con grupos parlamentarios ligados a la derecha y casados con las multinacionales de la energía, abogando descaradamente a favor de la energía nuclear y el gas como “energías verdes” y pidiendo recursos para favorecerlas con las ayudas financieras del presupuesto europeo, así lo presagiaba.
Y …. Ocurrió. La crisis energética causada por la guerra de la OTAN en Ucrania contra Rusia y la urgencia de Europa por resolver a como dé lugar su grave situación, reavivó el debate de las “energías verdes” y en los primeros días de julio la Comisión Europea solicitó y el parlamento europeo acordó, declarar energías limpias a la peligrosa energía nuclear y al gas natural. Contra las advertencias de científicos y expertos contratados por el mismo gobierno europeo, contra el sentido común, contra la inteligencia, el Poder público de Europa tomó una decisión que no es otra cosa que una gran burrada.
En los próximos años Europa estará plagada de centrales nucleares en todo el continente; se multiplicarán las probabilidades de contaminación radioactiva; se dilatarán mucho más las decisiones políticas de los gobiernos de Europa en atender la crisis climática y el cuento de las “energías verdes” será visto como lo que realmente es: una acción gatopardiana que esconde un negocio de dimensiones globales que favorece a unos pocos y perjudica al planeta y a la salud de la población mundial.
Fredy Contreras Rodríguez, Abogado, agricultor urbano.