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La confesión del adolescente que asesinó a la pequeña Franyelis

El presunto homicida de Franyelis no dudó en confesar el crimen, como informó el gobernador Rafael Lacava. Al joven se le percibía un tanto nervioso, pero paradójicamente, tranquilo. Sentado en una silla era sometido a un interrogatorio, luego de que funcionarios de la Policía Municipal de San Diego dieran con su paradero en una zona boscosa del sector La Cumaca. Al parecer, está arrepentido de lo sucedido, pero eso no lo exime de culpa.

Los funcionarios del servicio comunal de la PM de San Diego, desde el lunes, conformaron una comisión y comenzaron a buscar cerro arriba en La Cumaca. Entrevistaban, indagaban, y seguían caminando «peinando» todo el cerro. Incluso, buscaban con drones que un civil puso a disposición para colaborar con las labores. Pero nada había dado resultado. No fue sino hasta eso de las 4:45 de la tarde de este miércoles, tras más de 48 horas de intensas averiguaciones, que dieron con el sospechoso.

El jovencito, de 14 años de edad, sabía que lo estaban buscando, incluso, desde un helicóptero, así que se internó en una casa que estaba sola en la parte alta de La Cumaca, donde creyó que no sería encontrado; sin embargo, los funcionarios llegaron con cautela y entraron a la vivienda.

¡Al piso, al piso! le ordenó un supervisor que iba al mando de la operación.

Obedeció y no opuso resistencia. Entonces, comenzaron a descender hasta la carretera donde los esperaba una patrulla para trasladarlo a la sede del comando policial. Todo un despliegue de seguridad se realizó a lo largo y ancho de la avenida Don Julio Centeno.

El adolescente luego confesó el crimen: “¡Sí, la maté!”, dijo sin titubear, como lo informó el mandatario regional, aunque el joven también manifestó sentirse arrepentido.

Con una franela color azul, con emblema de un reconocido centro turístico en La Cumaca, un pantalón amarrado con un cordón rosa, que sobrepasaba sus talones, y unas sandalias tipo crocs, mucho más pequeñas que sus pies, fue detenido el adolescente. Tenía algunos rasguños en sus piernas, posiblemente producidos por el monte. Había tratado de despistar a las autoridades cambiándose de ropa, que había conseguido en la casa donde se escondía.

Poco después, otro despliegue, pero esta vez por la autopista del Este, se llevó a cabo para trasladar al menor hacia la sede de la comandancia general de la Policía de Carabobo, a donde Lacava ordenó llevarlo para ofrecer declaraciones sobre su captura. Tras una “rueda de prensa”, a la que ningún medio de comunicación pudo tener acceso, el mandatario confirmó que “el principal sospechoso de este hecho ya confesó”.

El Carabobeño

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