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Cómo el gas de la risa se convirtió en una adicción mortal pero legal en EEUU

El óxido nitroso -conocido coloquialmente como «el gas de la risa»- tiene muchos usos, desde anestesia para procedimientos dentales hasta la elaboración de la crema chantilly.

Mientras sus efectos eufóricos son muy conocidos, los expertos señalan que el aumento del vapeo -vaping en inglés- ha creado un vehículo perfecto para su consumo recreativo y una receta perfecta para la adicción.

La historia de Meg Caldwell puede servir de ejemplo de cómo una muerte pudo haberse evitado.

Ella, experta equitadora, comenzó a consumir el óxido nitroso de forma recreativa hace unos ocho años, cuando estaba en la universidad. Pero, como muchos jóvenes, comenzó a consumirlo con más frecuencia durante la pandemia.

Meg era la menor de cuatro hermanas: «Era la luz de nuestras vidas», le dice Kathleen Dial, una de sus hermanas, a la BBC.

Sin embargo, el consumo de óxido nitroso escaló a niveles preocupantes, hasta el punto de que «comenzó a arruinar su vida».

Al principio perdió la capacidad de mover las piernas tras una sobredosis. También le produjo problemas para contener la orina.

A pesar de esto, ella continuó consumiendo. Según sus familiares, compraba en pequeñas tiendas, se metía dentro de su auto, inhalaba lo que había comprado y después volvía a la tienda por más.

A veces gastaba cientos de dólares en un día.

Murió el pasado mes de noviembre, dentro de su automóvil frente a una de las tiendas de vapeo.

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