Estados Unidos negocia con Venezuela un acuerdo diplomático que permita liberar a los presos políticos

En principio, Trump quiere la libertad de los nueve ciudadanos estadounidenses que Maduro detiene ilegalmente, y a cambio enviaría a los presos venezolanos alojados en la prisión de Bukele.
(Desde Washington, Estados Unidos) En absoluto silencio, Estados Unidos negocia con Venezuela la libertad de todos los presos políticos a cambio de los delincuentes comunes que están detenidos en la cárcel de máxima seguridad de El Salvador.
La prioridad de Donald Trump son los 9 ciudadanos de Estados Unidos que Nicolás Maduro tiene detenidos. A cambio, el líder republicano remitiría a un número similar de narcotraficantes que Nayib Bukele aloja en sus unidades carcelarias.
Mauricio Claver-Carone, enviado especial de Trump para América Latina, conduce las conversaciones de Estados Unidos con los representantes directos de Maduro.
En Caracas hay predisposición para cerrar un acuerdo con Washington, pero exigen una lista de condiciones que –por ahora– es rechazada en la Casa Blanca.
El presidente caribeño pretende que Estados Unidos levante las sanciones financieras y autorice que empresas americanas extraigan y exporten las reservas petroleras de Venezuela.
Asimismo, Maduro exige que el canje de presos políticos por narcotraficantes no sea simétrico. Como impuso Hamas con los rehenes judíos en Gaza, el sucesor de Hugo Chávez pretende cambiar a un ciudadano americano por un número amplió de los delincuentes que están a la merced de Bukele.
Claver-Carone, protagonista esencial de las negociaciones con Maduro, tiene como objetivo básico liberar a los 9 presos políticos americanos. Y a continuación abrir la lista de buena fe para el resto de los países, que también reclaman por su ciudadanos detenidos en Venezuela.
El Foro Penal, una organización que defiende a los derechos humanos ante el gobierno de Maduro, presentó un informe en marzo de 2025 que lleva como título Presos políticos con nacionalidad extranjera en Venezuela.
“Hemos identificado un patrón sistemático de represión en el tratamiento de ciudadanos extranjeros detenidos en Venezuela, en el cual la desaparición forzada se ha consolidado como el mecanismo más recurrente. En la mayoría de los casos documentados, las víctimas son arbitrariamente detenidas sin orden judicial previa, incomunicadas de sus familiares y trasladadas a centros de detención clandestinos o de difícil acceso, sin que se reconozca oficialmente su privación de libertad”, sostiene el dossier del Foro Penal.
Y añade: “La detención de ciudadanos extranjeros es utilizada para reforzar la narrativa oficial de que Venezuela enfrenta una supuesta agresión extranjera. A través de campañas mediáticas, el gobierno justifica estas detenciones como parte de una lucha contra el ´intervencionismo´ y las supuestas ´acciones desestabilizadoras´ de otros países».
Acorde a la información recogida por Infobae en el Departamento de Estado y en las organizaciones de derechos humanos que actúan en Venezuela, Maduro tiene capturados a ciudadanos extranjeros de Estados Unidos, Argentina, Colombia, Uruguay, México, Ucrania, Bolivia, Ecuador, Alemania, España, Italia, República Checa, Países Bajos, Irán, Israel, El Líbano y Cuba.
Como se trata de detenciones ilegales y arbitrarias, no hay un número consolidado de presos políticos extranjeros que controla el gobierno venezolano. En Washington y Caracas se explicó a este medio que la cifra oscila entre 29 y 50 aproximadamente.
Los diálogos entre Claver-Carone y los representantes del regimen son cautelosos y constantes. Claver-Carone conoce la región, sabe como funciona el gobierno caribeño -su familia se escapó de Cuba- y asume que la negociación tendrá subas y bajas.
En definitiva, Trump decidirá la hoja de ruta, El presidente de Estados Unidos juega con la asfixia económica a Venezuela y el costo político que implica para Maduro que Bukele tenga capturados a 252 delincuentes venezolanos.
“A diferencia de usted, que tiene presos políticos, nosotros no tenemos presos políticos”, posteó Bukele en obvia referencia a Maduro.
Trump y Bukele funcionan como un tándem para presionar al presidente venezolano.
Maduro no se siente cómodo en este escenario, y está dispuesto a abrir la mano si la Casa Blanca levanta las sanciones y permite que las empresas petroleras de Estados Unidos regresen a Venezuela.