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Gasolina recién llegada a Venezuela duraría un mes

El problema del combustible en Venezuela se agudizó a niveles nunca antes vistos. Kilométricas colas adornan las calles y avenidas de todos los estados del país en las que un conductor pasa entre 5 y 10 días para poder surtir de combustible en medio de la pandemia por el COVID-19.

Desde el pasado 25 de mayo con la llegada del primero de cinco buques iraníes con gasolina, Venezuela no recibía nuevos cargamentos, ya para el mes de julio el combustible comenzó nuevamente a escasear, transformando en “una aventura” para los conductores tratar de reportar en las estaciones de servicio.

Para el economista Oscar Romero Amaré el problema con la gasolina en Venezuela “se salió de control”, asegura que es extremadamente crítico por el nivel de sequía energética que hay en todo el país.

“Este problema de la gasolina paraliza todo, se están perdiendo cosechas, las medicinas no llegan al consumidor, los productores no producen, es peor que el COVID-19.

El economista afirmó que 800 mil barriles de combustible que pudieran llegar a Venezuela no soluciona la problemática y que , al igual que la vez anterior, una vez reabran las estaciones de servicio, es cuestión de tiempo para caer en la sequía nuevamente.

“Esta gasolina que está llegando, por causa de la extrema crisis, se los chuparía el parque automotor de manera inmediata, ese combustible primero se va a enfrentarse a un guiso y un vicio de miles de dólares para después llegar al consumidor final”, indicó.

Amaré resalta que “si es bien administrada” la gasolina iraní duraría un mes en Venezuela.

“Recordemos que ahora hay un mercado en la frontera con el combustible colombiano, entonces la competencia estará presente”.

Destacó que el Gobierno nacional se encuentra tranquilo, pues el presidente Donald Trum “está muy distraído en las elecciones y esto favorece la estrategia de Maduro.

Grave Crisis

El experto aseguró que “lo cierto es que la gasolina que está llegando es como si le dieran una aspirina a un enfermo, tenemos un salario mínimo 0.90 centavos de dólar, el BCV está emitiendo dinero electrónico que impacta sobre el dólar y nosotros estamos navegando en un mar de bolívares virtuales que nos obliga a tomar un bote salvavidas que es el dólar”.

Inisistió en que “la economía se sigue hundiendo y el poder adquisitivo del venezolano murió”, aparte enfatizó en la necesidad de estimular la producción de bienes y servicios.

“Ya no se compra ni un kilo de Harina Pan con el sueldo de un mes, tenemos un problema de gran profundidad por la paralización de la economía por la gasolina, hay un alzamiento desde los campos agrícolas, el trabajo no vale, las cosechas se están perdiendo”.

Johanny Pernia

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