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Israel estudia a vacunados contra el Covid-19 para decidir quiénes necesitan dosis de refuerzo

Investigadores de Israel hicieron un estudio que reveló que el porcentaje de vacunados con dos dosis contra el COVID-19 que se puede infectar es muy bajo. Son también bajas las chances de que contagien a otros. Los investigadores consideraron que es importante para evaluar quiénes deberían recibir una tercera inyección.

En Israel, el 64% de la población ya accedió al menos a una dosis de las vacunas contra el COVID-19. El 59% recibió el esquema completo de vacunación. Desde diciembre pasado, el plan de ese país avanzó rápidamente con la aplicación de vacunas de ARN mensajero y alcanzó las 123 dosis aplicadas por cada 100 habitantes.

En el mundo, el promedio son 52 dosis aplicadas cada 100 habitantes. Tras el avance con la vacunación, científicos y autoridades sanitarias realizaron diferentes estudios sobre la eficacia de los inoculantes en tiempo real, y se empiezan a hacer ajustes de refuerzos según los grupos menos protegidos. Hoy Israel decidió que dará un refuerzo a personas mayores. Ya se lo estaba aplicando a personas inmunocomprometidas.

En el contexto de pandemia, con un plan de vacunación rápida pero con rebrotes como está ocurriendo en Israel, ayer se difundió un estudio en la revista New England Journal of Medicine que evaluó cuál fue la protección generada por la vacunación en el personal de la salud después de las dos dosis en ese país. 

Encontró que algunas personas pueden tener un nivel de anticuerpos protectores mucho más bajo que otras personas inoculadas. Por esa situación, esas personas pueden estar en más riesgo de infectarse. Es decir, estaban vacunados completamente, pero se infectaron.

La investigación fue realizada en el Centro Médico Sheba de Tel Hashomer. El hallazgo podría representar una clave para entender quién debe recibir una tercera vacuna, dijo el doctor Gili Regev-Yochay, director de la Unidad de Epidemiología de Enfermedades Infecciosas de Sheba y autor principal del estudio.

“El estudio realizado en Israel contribuye a comprender más cuál es el impacto de la vacunación y el riesgo de que las personas ya inmunizadas se infecten. Revela que la incidencia de infección en los completamente vacunados es muy baja”, comentó a Infobae Javier Farina, miembro de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI) y jefe de infectología del Hospital de Alta Complejidad Cuenca Alta, en Cañuelas, provincia de Buenos Aires.

También el doctor Farina señaló que si bien fueron pocos casos, la mayoría de los ya vacunados se contagiaron a partir de personas que no habían recibido las dosis. “Un dato muy importante es que los vacunados que se infectaron no generaron infecciones secundarias”, resaltó Farina. “También hay que considerar que todos los vacunados fueron seguidos con el uso de la tecnología de PCR, que permitió identificar todas las infecciones”.

Sheba documentó 39 casos de vacunados que se infectaron dentro de un total de 11.000 trabajadores de la salud que habían sido completamente vacunados. Cuando se las estudió y habían pasado al menos diez días desde la segunda inyección de Pfizer- en los tres meses anteriores.

Según explicó Regev-Yochay, la edad media de los infectados era de 42,5 años. Alrededor de un tercio de los vacunados que se infectaron cursaron un cuadro sin síntomas. El 10% tuvo síntomas muy leves; el 21% experimentó fiebre y otro 19,4% presentó los llamados “síntomas del Post Covid” -desde la pérdida del gusto y el olfato hasta el agotamiento- durante más de seis semanas.

Además, casi 5.000 trabajadores sanitarios se sometieron a pruebas serológicas de forma rutinaria. Los investigadores pudieron comparar el nivel de anticuerpos de los que se infectaron -medido justo antes de que se detectara el virus- con el de otros miembros del personal de características similares (sexo, edad, salud general, entre otros criterios) que no se infectaron.

“Lo que vimos es que las personas que se infectaron tenían anticuerpos neutralizantes tres veces más bajos que los que no se infectaron. Si consideramos el pico de anticuerpos registrado tras la inoculación, el nivel de los infectados era siete veces menor que el de los que no se infectaron. Esta fue la parte más importante del estudio”, dijo Regev-Yochay en una conferencia de prensa.

“Esta es la razón por la que un estudio sobre un grupo relativamente pequeño de individuos se ha publicado en una revista tan prestigiosa”, señaló Regev-Yochay. Además, el estudio también documentó una conexión entre el nivel de anticuerpos y la carga viral -cantidad de partículas de virus en el cuerpo-, que está directamente relacionada con el nivel de infectividad de una persona que tienen el coronavirus.

“Las personas que tenían un mayor nivel de anticuerpos neutralizantes también presentaban una menor carga viral, lo que significa que era más improbable que infectaran a otras personas”, señaló el doctor. “Esto también demuestra que las personas vacunadas tienen menos probabilidades de infectar a otras personas”.

Alrededor del 85% de los casos considerados en el estudio estaban infectados con la variante de preocupación Alfa, que se detectó en Inglaterra el año pasado, ya que la investigación se llevó a cabo en un período en que aún la variante Delta no estaba presente en Israel. En la actualidad, la variante que predomina en los casos que se diagnostican en ese país es Delta. En los Estados Unidos, esa variante llevó al repunte de casos y a que volvieran a usar los barbijos en los ya vacunados.

Por el impacto de la vacunación en la reducción de casos desde enero hasta mayo, decrecieron en Israel las hospitalizaciones y las muertes por COVID-19. El Gobierno de ese país comenzó a relajar sus restricciones. Pero a finales de junio, los casos volvieron a aumentar. Más de mil personas dieron positivo cada día, lo que llevó a Israel a restablecer algunas restricciones la semana pasada.

La nueva investigación publicada en el New England Journal of Medicine reafirmó que la correlación entre los anticuerpos y el nivel de protección dado por las vacunas sigue siendo relevante, de acuerdo el doctor Regev-Yochay. Aunque la investigación no arroja luz sobre cómo disminuye la eficacia de la vacuna con el paso del tiempo, la conexión entre el nivel de anticuerpos y la infección puede ayudar a determinar quiénes necesitan más una tercera vacuna contra el coronavirus.

“Creo que estos datos sobre la correlación entre los anticuerpos y la infección son importantes para entender quién es la población de riesgo y a partir de ahí quizá empezar a pensar en quién debe recibir una tercera dosis y cuándo”, concluyó Regev-Yochay.

El 11 de julio, el Ministerio de Sanidad de Israel empezó a ofrecer una tercera dosis de la vacuna COVID-19 a los adultos gravemente inmunodeprimidos. En ese momento, se aclaró que la recomendación de la dosis de refuerzo era para aumentar los niveles de anticuerpos entre las personas inmunodeprimidas. Incluyó a los pacientes con cáncer, los receptores de trasplantes de hígado y otras personas que han mostrado recientemente una protección vacunal debilitada.

En tanto, hoy 29 de julio, el comité de expertos del Ministerio de Sanidad de Israel aprobó la recomendación para inocular con una tercera dosis de la vacuna de ARN mensajero desarrollada por las empresas Pfizer/BioNTech a personas de edad avanzada susceptibles de desarrollar una enfermedad grave a causa del coronavirus.

La decisión fue tomada por mayoría absoluta, si bien hay diferencias en torno a la edad a partir de la cual se debe iniciar este refuerzo en la vacunación, con opiniones que van entre los 60 y los 70 años. Hoy, se registraron 2.165 casos de COVID-19. Este reporte es el tercer día consecutivo por encima de los 2.000 contagios, para un total de 868.045 confirmados, con 6.463 muertos.

Agencia

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