Economía

La Bolsa de Valores se dispara tras avances en la vacuna de Pfizer

La farmacéutica asegura que su fórmula tiene una efectividad del 90% contra la covid-19. La jornada ya había empezado con alzas tras la oficialización de la elección de Biden como presidente

Euforia en las Bolsas tras la presentación de los avances de la vacuna de la farmacéutica Pfizer. El Ibex 35 se disparaba un 8% en línea con el resto de parqués europeos. Al otro lado del Atlántico, los futuros también apuntan a fuertes subidas: ante la expectativa de la vacuna, el apetito por los activos de riesgo es máximo.

La sesión ya había comenzado con subidas gracias a la clarificación del panorama político en Estados Unidos, pero el progreso en la vacuna ha sido el detonante definitivo de las subidas: la incertidumbre sobre el nombre del nuevo presidente estadounidense pesaba, pero lo que más importa a los inversores en estos momentos es cuándo se alcanzará un remedio efectivo contra la covid-19. Y el de Pfizer es más que prometedor: su efectividad ronda el 90%.

Dentro de los índices, los valores turísticos, los más expuestos a los estragos de la pandemia, son los que más suben. En España, el grupo de aerolíneas IAG, la hotelera Meliá y el gesto aeropuertuario Aena se anotan casi un 20%.

Las alegrías habían empezado horas antes. En la campaña electoral estadounidense de 1992, la ya icónica frase “es la economía, estúpido” le valió la presidencia de Estados Unidos a un joven Bill Clinton. Casi tres décadas después, bien se podría decir que “Es la pandemia, estúpido” es la frase de la contienda electoral recién concluida.

La crisis sanitaria lo ha cambiado todo, también el rumbo de las elecciones. Y seguirá haciéndolo en los próximos tiempos: si el último presidente demócrata, Barack Obama, aterrizó en la Casa Blanca en plena crisis financiera, Biden llega al Despacho Oval con la primera encomienda de reencauzar la crisis sanitaria. Su capacidad —o no— para hacerlo marcará su mandato.

Y de cómo salga el gigante norteamericano de un agujero epidemiológico que arroja cifras diarias de contagios de seis dígitos, depende también como saldrá el mundo de los negocios.

Como decía hace unos días en este diario el jefe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), Ángel Gurría, el dilema entre salud y economía es “falso”: hasta que no se regrese a la normalidad epidemiológica no habrá regreso posible al crecimiento.

Sin control del Senado

Así se ve, también, en los parqués. “La cosa no va tanto de quién estará en la Casa Blanca sino del covid”, apunta en declaraciones a Bloomberg Chris Gaffney, del TIAA Bank. “Ese es el mayor factor que los inversores tienen en la cabeza y el que va a determinar los retornos bursátiles en el corto plazo”.

Sin embargo, hasta que llegue la vacuna o el remedio médico efectivo, los mercados se siguen a golpe de estímulos.

Y, con la llegada de Biden a la Casa Blanca, los parqués observan con especial interés la capacidad del ya presidente electo de sacar adelante un gran plan de choque presupuestario para reanimar la mayor economía mundial: el nuevo paquete fiscal para hacer frente a los estragos de la pandemia, especulan, será mayor que con un republicano en la presidencia. Pero, a la vez, con los conservadores manteniendo —muy probablemente— la mayoría en el Senado, este puede acabar siendo diluido tras su paso por la Cámara alta.

“Va a tener que luchar para sacar adelante los tres billones de dólares que quieren los demócratas, pero un paquete [quizá menor] es probable”, subraya Nigel Green, de deVere Group.

“Esto animará a los mercados y permitirá a los inversores pensar en una recuperación económica más amplia: la estadounidense es la mayor economía mundial y un crecimiento sostenible, de largo plazo, tendrá efectos positivos para la economía mundial en su conjunto”.

A la vez, los inversores especulan con que, con el Senado en manos republicanas, los planes demócratas de subidas de impuestos o de mayor regulación sobre los gigantes tecnológicos serán más difíciles de sacar adelante o, al menos, quedarán diluidos.

“El resultado [electoral] es ideal desde el punto de vista de los mercados”, desliza Michael McCarthy, analista de CMC Markets, en declaraciones a Reuters. “Ninguno de los dos partidos tiene el control de las dos Cámaras del Congreso, así que tanto las guerras comerciales como los aumentos impositivos quedan fuera de la agenda”.

En las próximas semanas, los inversores también estarán muy pendientes del desfile de nombres para los futuros cargos económicos clave de la nueva Administración —los secretarios del Tesoro y Comercio; el jefe del Consejo de Asesores Económicos del presidente—.

Donde la confirmación oficial de que el próximo comandante en jefe de EE UU será demócrata sí deja el camino expedito para los activos de riesgo en los países emergentes, los que más sufren cuando la incertidumbre impone su ley.

En buena medida, porque se da por descontado que su tono será infinitamente más conciliador con países como China o México —cuyas monedas ya se están revalorizando frente al billete verde— que el de su predecesor. “La victoria de Biden ha despejado la incertidumbre política, y eso ha llevado a un aumento de las posiciones de riesgo y a un debilitamiento del dólar”, valora Ko Haruki, de CIBC, en declaraciones a Bloomberg.

“Esperamos menos estrés en términos de guerras comerciales”, completa desde Doha (Qatar), Talal Samhouri, de la gestora de fondos Amwal. Frente a la volatilidad extrema de la era Trump, en la que los inversores se acostumbraron a tener que mover ficha a golpe de tuit, la predictibilidad del nuevo mandatario estadounidense es su mejor carta de presentación en los mercados. A la luz de los cuatro últimos años, no es poca cosa.

Agencia

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