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Petro y Mulino buscan construir una ruta legal y controlada por el Darién

Los presidentes de Panamá, José Raúl Mulino, y de Colombia, Gustavo Petro, acordaron este martes trabajar en una estrategia conjunta contra la migración ilegal por la selva del Darién, frontera natural con el país suramericano, en una reunión bilateral sostenida al margen de la Asamblea General de la ONU.

En este sentido, Mulino y Petro coincidieron en su interés por programar una reunión trilateral que incluya a Estados Unidos, debido a que «el problema de la migración ilegal tiene como destino el país norteamericano», indicó un comunicado del Ejecutivo panameño.

Mulino afirmó en el encuentro que este problema, cuyo origen es «ajeno a ambos países», le está causando a Panamá «fuertes daños económicos y ambientales», y apuntó que es una «tragedia humana» que incluye a niños que han perdido a sus padres en la travesía por la selva darienita.

Petro a su vez propuso definir tres rutas para desincentivar el paso de migrantes en otras partes del trayecto que no pueden ser controladas, señala la información oficial.

Además de los gobernantes, por Panamá participaron en la bilateral el canciller, Javier Martínez-Acha; el ministro de Seguridad, Frank Ábrego; y el ministro de Comercio, Julio Moltó.

Por el lado de Colombia, participó el canciller, Luis Gilberto Murillo.

Mulino tiene programado hablar el miércoles sobre el combate a la migración irregular y el rechazo a las listas fiscales discriminatorias en las que está incluido su país, entre otros temas, en su primer discurso en la Asamblea General de la ONU.

Desde el 1 de julio pasado, cuando asumió su mandato, Mulino situó como uno de los principales frentes de su política el «problema de la crisis humanitaria» en la frontera de Panamá y Colombia, la densa y peligrosa selva del Darién, que cada año es atravesada por miles de viajeros irregulares procedentes de decenas de países del mundo, en su mayoría venezolanos, que se dirigen hacia Norteamérica.

Las autoridades panameñas calculan que en 2024 unos 320.000 migrantes atravesarán la selva, un 38 % menos frente al récord histórico de 520.000 que lo hicieron en el 2023.

El Gobierno que preside Mulino estableció nuevas políticas de control de migración implementadas, como el cierre de caminos en la jungla.

Panamá también suscribió un acuerdo con EE.UU. que implica un apoyo estadounidense valorado en 6 millones de dólares, para reducir el flujo de personas que atraviesan la selva del Darién, la frontera natural con Colombia, en su camino hacia Norteamérica.

En el ámbito de este acuerdo, Panamá deportó durante el último mes a más de 400 migrantes en 12 vuelos, el último de ellos esta madrugada con 40 ciudadanos colombianos.

El director del Servicio Nacional de Migración de Panamá (SNM), Roger Mojica, dijo la semana pasada que el flujo de migrantes irregulares por Darién ha disminuido en unas 100.000 personas, frente a la misma fecha del año anterior, y recordó que con estas deportaciones se busca disuadir a estas personas a cruzar la selva para tener «una migración segura, ordenada y regular».

Según los últimos datos disponibles del Gobierno panameño, más de 244.200 migrantes cruzaron la selva del Darién en lo que va de 2024, una disminución de 110.056 en comparación con el mismo lapso del año pasado, lo que supone una caída del 31 %.

Según el presidente de Panamá, Raúl Mulino responsabiliza al gobierno de Nicolás Maduro en la «desbandada» migratoria «ocasionando la migración de casi 8 millones de migrantes «lo que representa una verdadera tragedia migratoria a la que los organismos internacionales no le ha dado una respuesta creíble» aseguró.

Mulino criticó que la no presentación de las actas electorales y «adjudicarse el triunfo» es ganar un juicio «sin pruebas y es lo mismo que perder y no presentar los resultados».

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