Terror en Táchira: borracho roció gasolina en el cuerpo de su pareja, le prendió en fuego y se dio a la fuga
Una mujer resultó con graves quemaduras en su rostro y cuerpo, luego de que su pareja le roció gasolina y le prendió fuego.
La mujer identificada como Elimar L. sufrió quemaduras de 2º grado en su cuerpo y fue recluida en el Hospital Central de San Cristóbal.
Este hecho de violencia ocurrió el pasado 25 de diciembre en la población de Coloncito, municipio Panamericano, cuando el hombre estaba bajo los efectos del alcohol, indicaron allegados de la sobreviviente de violencia.
El victimario, quien tiene dos hijos en común con la víctima, fue identificado como Keiver Labrador, y está siendo buscado por las autoridades venezolanas.
Se conoció que la joven venía sufriendo un patrón de violencia por parte de su pareja, pero no había roto el silencio, hasta que ocurrió este fatal suceso que ahora le deja desfigurado una parte de su cuerpo y rostro.
Detonantes que incrementan la agresividad
Beatriz Mora, directora de la Fundación Proideas, que atiende a las víctimas y sobrevivientes de violencia basada en género en Táchira, explicó que la violencia contra la mujer se mantiene durante todo el año, pero en la temporada decembrina los agresores suelen tener varios detonantes que aumenta su nivel de violencia.
Los agresores suelen consumir bebidas alcohólicas, lo cual aumenta su nivel de agresividad, aunado a la crisis económica que pudiera presentarse en el núcleo familiar.
“La situación económica está siendo un detonante en las parejas, genera discusiones porque no hay comida, no hay para los regalos y los agresores se refugian en el licor y los estupefacientes, y tratan con más agresividad a su pareja”, resaltó Mora.
La defensora de los derechos de la mujer indicó que en un caso como estos, las autoridades venezolanas deben aplicar medidas de protección a la mujer, en vista de que mientras el agresor esté libre, la víctima muchos corre riesgos.
Así mismo, sugirió solicitar la búsqueda de este hombre en territorio colombiano, por la cercanía del lugar de los hechos con la frontera.
Sugiere que si a la joven la dan de alta, las autoridades deben ingresarla en la casa de mujeres de Intamujer, mientras capturan al agresor, porque de lo contrario su vida corre peligro, ya que el hombre puede volver a presentarse seguir agrediéndola.
Además, muchas de las víctimas de violencia suelen tener episodios del Síndrome del Estocolmo, puesto que tienen temor por lo que le puedan hacer al padre de sus hijos, más no a su pareja.
“Muchas mujeres se acostumbran a los golpes y creen que eso es normal y que tienen que aguantar todo, porque se casaron, pero el hecho de que se viva con una persona no quiere decir que tenga que aguantar todo”, señaló Beatriz Mora.
Recomendó a las mujeres que estén pasando por esta situación, romper el silencio y buscar ayuda, expresarle a algún familiar, dirigirse a los organismos relacionados con el tema o hacer contacto con la Fundación Proideas, que cuenta con un equipo de psicólogos y abogados gratuitos para la atención de las víctimas.
“Las mujeres no son culpables de nada, ellas son víctimas de violencia”, dijo la defensora de los derechos de la mujer.
Vía La Patilla