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Alys “La China” Sánchez revive su sed de victoria en el cuadrilátero

Con rasgos exóticos que muestran la diversidad de su tierra, Alys la “China” Sánchez envuelve el cuadrilátero con su presencia. Desde la adolescencia la boxeadora venezolana ya tenía claro cual sería su destino; soñar y coronarse como una peleadora que muchos le deberían respeto

De la mano de su padre, Juan Segundo Sánchez quien ha sido su manager desde el comienzo de su carrera, la peleadora conoce el sacrificio. La concentración, una dieta rigurosa y hasta fuertes entrenamientos se enfrentan entre la disciplina y sus labores como mujer y madre soltera en un round de vida real.

No ha sido fácil mantener un récord atractivo y a la vez no dejarse desvanecer por las derrotas, es el deseo de cada día. Sin embargo, la pugilista sabe que puede lograr todo lo que desee.

En el 2014 fue su primera conquista del título mundial supergallo: “Cuando me coroné por primera vez fue una experiencia gratificante, una riña muy cerrada, pero era algo que queria de todo corazón y pude conquistarlo”, recordó. En 2017 lo volvió a hacer frente Liliana ‘La Tigresa’ Palmera por decisión dividida. La criolla le arrebató el título mundial supergallo de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB).

Dasafíos del 2020

La nativa de Maracay, estado Aragua, ahora reside en Colombia. La pandemia invocó su sed de victoria.

Con 34 años, luce en su mejor condición física y psicologica, apenas cumplidos, hoy la experiencia se suma a su talento en el mejor momento.

“La cuarentena me hizo cerrar muchos ciclos. Mi vida está más organizada”, dijo. “La China” asume la disciplina como un alimento de la vida, expresa que si ella no podría demostrar de qué está hecha. La organización le permite visualizar mejores oportunidades.

Lejos de su terruño

Desde otras fronteras la boxeadora profesional ha tenido que preparase sabiendo que en su natal Venezuela no puede hacerlo de manera efectiva, expone, “los que desean tener éxito, deben salir.”

Para la atleta es gratificante hablar del talento criollo, asegura que el potencial de sus compañeros es de exportación. “Para mantenerse en alto rendimiento es necesario tomar una determinación, en mi país son costosas desde las vitaminas hasta la alimentación”, además expresó que los entrenadores trabajan con pocos recursos pero logran hacer campeones.

Su fuerza y sus miedos

Su hijo Franyer en su gran inspiración. En su primogénito nace la motivación para continuar en un deporte que refleja dureza.

Aunque cada vez que sube al cuadrilátero sienta temor a lo que la pugilista define como algo normal, entiende que el boxeo se trata de riegos como la vida misma, “perderla puede ser cuestión de segundos en cualquier lugar”.

Ser mujer

Pelear por lo justo. A viva voz se conoce que las mujeres tienen un sueldo por debajo se los hombres en este deporte y otros.

“la China” aclara que debería hablarse de igualdad ya que entrenan y hasta suelen ser más estrictas incluso que los del sexo opuesto.

Confiesa que la vida diaria es un desfío entre las tareas del hogar y la concentración que necesita ante una pelea, las preocupaciones pueden darle un nocaut cuando menos lo espera.

El destino

Aunque no hay una fecha clara para su próxima batalla, en cualquier momento puede darse la oportunidad de demostar la técnica y el poder que guarda en sus guantes.

Alys se muestra decidida. Una carrera que tomó por convicción le plantea un camino que aún no tiene final, sabe que una reina necesita coronarse una vez más. La campana aununciará los episodios de una nueva etapa; la victoria.

María José Ramírez

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