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UFC: Campéon Ngannou comienza con una oleada de terror, y mensaje al súper Jon Jones

El reinado de Francis Ngannou comenzó con una oleada de terror. El golpe devastador que le arrebató el cetro a Stipe Miocic no solo fue un claro mensaje de su poderío y la llegada de un nuevo monarca, sino una declaración de principios para el resto de la división…incluyendo a Jon Jones.

Ngannou, un camerunés afincado en Francia, se convirtió el sábado en el nuevo campeón pesado de la UFC en Las Vegas gracias a la proverbial fuerza de sus manos y al innegable avance técnico y mental que exhibiera en este revancha ante un hombre que, a pesar de su derrota, sigue siendo el mejor exponente de la categoría de manera histórica.

Si en la primera vez que se encontraron, en la UFC 220 en Boston, Miocic fue capaz de doblegar al africano con una acertada mezcla de boxeo y lucha, ahora Ngannou hizo su tarea y mostró una versión superada de sí mismo que se aplaude por un lado y atemoriza por otro.

La adición del campeón welter Kamaru Usman en la esquina probó ser decisiva con su aporte de luchador excelso en el plan de pelea y con la prédica de paciencia y calma para no caer en las fauces de un hombre muy inteligente y metódico como Miocic.

Esta vez todo fue distinto. Ngannou no se desesperó ni se abalanzó de manera precipitada. Dictó el ritmo de la acción con un jar sólido y ordenado que impidió cualquier evolución del bombero de Ohio y que le permitió desembarcar sus grandez bombazos a distancia.

Ngannou se llevó de calle el primer asalto y para el segundo desencadenaría una avalancha brutal que sacó de paso a Miocic y le hizo cometer el peor de los errores: venir adelante con la guardia abierta. El retador no lo perdonó y le estaba esperando con la combinación perfecta que pondría fin al combate.

Aquellos que acusaban a Ngannou de vivir y morir solo con su fuerza bruta, deben reconocer que el nuevo campeón ha aprendido a dosificar sus energías. La pegada -quizá la más potente de todos los tiempos en la UFC- siempre estará ahí, pero ahora con más argumentos de guerra, su reinado puede ser largo y próspero.

Quién sabe. Adelante se vislumbra otra batalla épica con Jones, quien dejara vacante su cinturón de las 205 libras para buscar nuevos retos y bolsas millonarias en la categoría máxima. Pero después de lo visto en el Apex Center, resulta muy difícil apostar contra Ngannou.

Miocic, por su parte, no ha terminado. Una trilogía aún es posible, como hiciera contra Daniel Cormier. Sin embargo, ante esta versión rotunda de Ngannou un renacimiento puede ser como una rosa tratando de sobrevivir en el desierto. Si la humanidad del africano imponía respeto, imaginen ahora que su cerebro se mueve en revoluciones diferentes.

Agencia

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